En todos los cielos te encuentro.
José Luis Villatoro
No hay piedad mariana que termine en María, pero sí rasgo distintivo, por María ir a Cristo y consagración de nuestra vida a María para que Ella la presente a Jesús.
Alberto Hurtado
No puedo vivir en una isla de prosperidad, cuando estoy rodeado de un mar de miseria.
Ayrton Senna
¿Por qué no?, después de todo es parte suya Últimas palabras.
Charles Chaplin
La experiencia demuestra que un mismo motivo, al margen de las diferencias accidentales de disposición, actúa de manera diferente en diferentes personas.
Eduard von Hartmann
Nadie llega jamás a la inmortalidad sino por el camino de la aflicción, y he aquí un gran motivo de consuelo para todo en nuestras penas.
Francisco de Sales
Hay ciertas cosas en las cuales una mujer ve siempre más a fondo que cien ojos de hombre.
Gotthold Ephraim Lessing
Lo que pensamos, lo que sabemos, lo que creemos, a fin de cuentas, es de poca importancia. Lo único realmente trascendente es lo que hacemos.
John Ruskin
El amor sin pecado es como el huevo sin sal.
Luis Buñuel
Cobraba 10.000 francos diarios en el Olympia de París, vivía en un palacete y en los mejores hoteles del mundo.
Mata Hari
Estoy cerca de los bombardeos pero sigo resistiendo.
Muamar el Gadafi
El hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la fogosidad del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin perder el equilibrio.
Platón
Ni pidas a quien pidió, ni sirvas a quien sirvió.
Proverbio
No hay hombre que pueda tener un pensamiento o representación de algo que no esté sujeto al orden de lo sensorial.
Thomas Hobbes
¿Dónde está el descanso de los días, la avenida con tomillo, el aroma de verónica que prometiste, la nata y la miel que dijiste que había ganado, la felicidad que procede de las tareas bien hechas, la serenidad que el deber nos concede, las bendiciones de las buenas obras?
Toni Morrison
No deja de sentirse en el alma turbada tu benigna influencia; y tal vez en la entraña marmórea de la tierra, donde sufren tormento espíritus que lloran gracia y bondad perdidas, tus murmullos apagan su angustia ya los tuyos mezclan sus dulces cantos.
William Wordsworth