Cuando el hombre se planta y canta fuerte pa que sientan los sordos si es preciso, se hacen polvo las piedras en la frente y se enciende la sangre del sumiso.
José Larralde
Los grandes retos que tiene España a principios del siglo XXI no afloran por ningún sitio y quedan diluidos por el ruido ambiental.
Albert Boadella
La B y la M no significa que los pilotos sean buenos o malos, sino que son sus marcas de neumáticos.
Antonio Lobato
La vida trae a veces brisa ligera, palabras que sólo son palabras, íntimos coloquios de enamorados bajo los olivos.
Carlos Sahagún
Una vez que la FIFA le dé una camiseta ya es un Estado Nacional, así la ONU se demore un poquito más.
Diana Uribe
¿Es imaginable un ciudadano que no posea un alma de asesino?
Emil Cioran
Para evitar un error de expresión: lo que se deshace se deshace pero no se lo puede destruir; aquello que hace falta destruir muy activamente hay que tenerlo antes muy oprimido.
Franz Kafka
La libido es desviada para que actúe de una manera socialmente útil, dentro de la cual el individuo trabaja para sí mismo sólo en tanto que trabaja para el aparato, y está comprometido en actividades que por lo general no coinciden con sus propias facultades y deseos.
Herbert Marcuse
El matrimonio es como la moda; todo el mundo habla mal de ella, pero todo el mundo la acepta para sí y su familia.
Ignacio Manuel Altamirano
Es el orgullo de mi nepotismo.
José López Portillo
Es más dificil crear o inventar un placer nuevo que una religión, una cocina o una nueva concepción estatal.
Juan Carlos Paz
La bala que me ha de matar aún no ha sido fundida.
Marlene Dietrich
Los verdaderos líderes, están dispuestos a desempeñar cualquier tipo de trabajo cuando la ocasión lo amerita, situación en la cual, ellos le dirían a otro que la desempeñara.
Napoleon Hill
Había perdido el dominio de sí mismo. Su manera de moverse por la estancia me hacía pensar en esos pollos que siguen andando después de que los han decapitado.
Philip Roth
¡Sobre arena y sobre viento lo ha fundado el cielo todo!
Ramón de Campoamor
Siento un desprecio absoluto por el dinero. Para otro hombre, el dinero que usted me quitó por la violencia constituiría una desgracia irreparable; para mí... Ese dinero no existió nunca.
Roberto Arlt