Sigue como tus padres alentado de la virtud la senda, y nada temas; que en cualquier estado vive el hombre de bien serenamente a una y otra fortuna preparado, y libre, o en cadena, y aun ya alzada sobre su cuello la funesta espada,. en noble impavidez antes al frente a la señuda adversidad humilla, que a un risueño tirano la rodilla.