Eras de vientos y de otoños, eras de agrio sabor a frutas, eras de playas y de nieblas, de mar reposando en la bruma, de campos y albas ciudades, con un gran corazón de música.
José Hierro
Si abro la puerta hay una mujer entonces afirmo que existe la realidad.
Aldo Pellegrini
En lugar de escribir una novela, me tiendo con una pluma, este cuaderno y sueño... El sueño es mi verdadera vida. Veo en él los ecos que me devuelven las únicas transfiguraciones que conservan lo maravilloso en toda su pureza. Fuera, toda la magia se pierde. Fuera, la vida revela sus imperfecciones.
Anaïs Nin
Deseara yo que los libros se hiciesen para enseñar en vez de eso se escriben para hacer alarde de saber.
Anónimo
Todo hombre de ingenio tiene en su haber las ingeniosidades que él inventa, más las ajenas que se le atribuyen.
Enrique Jardiel Poncela
Aqueste es de los hombres el oficio, tentar el mal, y si es malo el suceso, pedir con humildad perdón del vicio.
Garcilaso de la Vega
Todo hombre genial es en cierta medida hombre, mujer y niño al mismo tiempo.
Henry Havelock Ellis
El conocimiento de una amplia serie de tradiciones es una condición para la discriminación exacta y severa. Porque sólo por medio de tal conocimiento puede el crítico descubrir la intención de un artista y la adecuación de su ejecución.
John Dewey
Porque el hombre siente el amor primariamente como un violento afán de servamado, al paso que para la mujer lo primario es sentir el propio amor, la cálida fluencia que de su ser irradia hacia el amado y la impulsa hacia él.
José Ortega y Gasset
La conciencia nos proporciona un contexto, un sentido para nuestros actos.
Jude Law
La guerra es un arte singular. Yo he sostenido sesenta batallas y no he aprendido más de lo que sabía cuando sostuve la primera.
Marlene Dietrich
Cuando Dios quiere enloquecer a alguien, satisface todos sus deseos.
Paulo Coelho
La vida es un gorro; unos se lo ponen, otros se lo quitan.
Proverbio Judío
Amar a un extraño como a sí mismo entraña como contrapartida: amarse a sí mismo como a un extraño.
Simone Weil
Después de la tormenta, viene la lluvia.
Sócrates
No olvides nunca que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos.
William Bernhardt