Serena la luna alumbra en el cielo, domina en el suelo profunda quietud; ni voces se escuchan, ni ronco ladrido, ni tierno quejido de amante laúd.
José de Espronceda
El hombre es el más misterioso y el más desconcertante de los objetos descubiertos por la ciencia.
Ángel Ganivet
No hay nada como un Chanel para sentirse respetable.
Antonia San Juan
Dinero, fama y más subvenciones y elogios de los superiores: formas absurdas de medir el éxito.
Camilla Läckberg
Soy una persona muy religiosa.
Chuck Norris
El parte meteorológico de hoy anuncia preocupación creciente seguida de terror desatado.
Chuck Palahniuk
Mientras la música siga estando allí, y mientras la gente la compre, todo va bien. Cuando dejen de comprar nuestros discos, entonces diré adiós y haré otra cosa, tal vez me vuelva stripper.
Freddie Mercury
Los médicos más peligrosos son aquellos que, habiendo nacido actores, imitan a los verdaderos médicos con perfecta impostura.
Friedrich Nietzsche
Es como mirar a Albert Einstein o Thomas Edison. Es como mirar a Michael Jordan o Tiger Woods, o cualquier otro genio que quiera mencionar.
George Lucas
Es más dificil crear o inventar un placer nuevo que una religión, una cocina o una nueva concepción estatal.
Juan Carlos Paz
Fui una letra de tango para tu indiferente melodía.
Julio Cortázar
No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.
Miguel Hernández
Volveremos a estar juntos en este mundo o en el siguiente.
Orlando Bloom
El trabajo es la maldición de la clase bebedora.
Oscar Wilde
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo, yo tomé el menos transitado, y eso hizo toda la diferencia.
Robert Frost
Un hombre no tiene por qué avergonzarse de tener un mono por abuelo. Si hubiera un antepasado del que debería sentir vergüenza al recordarlo sería más bien un hombre que no se conforma con un éxito equívoco en su propia esfera de actividad, se sumerge en cuestiones científicas de las que no tiene conocimiento real, sólo para ocultarlos con una retórica sin sentido, y distraer la atención de sus oyentes del tema en cuestión mediante digresiones elocuentes y apelaciones calificadas a prejuicios religiosos.
Thomas Henry Huxley