A Rajoy le importa un bledo que se derrumbe el edificio financiero, con tal de quedarse él con el solar.
José Blanco López
La vida ordinaria no me interesa. Sólo busco los momentos altos. Estoy de acuerdo con los surrealistas, en la búsqueda de lo maravilloso.
Anaïs Nin
El alma necesita emoción, y nunca deja de buscar combustible, bueno o malo, para esa emoción.
Dan Brown
Hacer vaticinios es una de las labores menos provechosas de la vida.
Daniel Day-Lewis
La gente sólo ve el éxito final, el glamour, pero hay mucha lucha detrás.
Elsa Pataky
Los demonios no son los que le han crucificado, eres tú quien con ellos lo has crucificado y lo sigues crucificando todavía, deleitándote en los vicios y en los pecados.
Francisco de Asís
Enderezá la nave que partimos.
Héctor Veira
Solo si escuchamos podremos aprender. Y escuchar es un acto de silencio; solo una mente serena pero extraordinariamente activa puede aprender.
Jiddu Krishnamurti
El infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto.
Jorge Luis Borges
La libertad es un cuento si no se lucha por ella no solo por las estrellas tiene luz el firmamento.
José Larralde
Fotografío lo que no deseo pintar, las cosas que tienen ya una existencia.
Man Ray
El que lidera siempre lo hace presentando virtudes, a las que hay que respetar. Debe proponer virtudes que nadie puede rechazar, pues su rol es armonizar, no dividir.
Marcelo Bielsa
El sexo es (para mí, al menos) un ingrediente menos importante, menos vital; mucho más importantes, más vitales, son nuestras conversaciones, nuestras afinidades.
Mario Benedetti
La gente, en cualquier administración, sin importar lo inteligente o capaz que sea, no trabaja muy racionalmente. Trabajan, en cambio, por sus intereses egoístas.
Norman Mailer
No hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo.
Paulo Freire
Reyes o gobernantes no son los que llevan cetro, sino los que saben mandar.
Sócrates