Hago todo lo posible por animar la venta, pero la situación es tan mala que no logro nada como resultado...
José Asunción Silva
Estudio ajedrez ocho horas al día, por principio.
Alexander Alekhine
La velocidad es buena para aprender que hay que ir despacio.
Ángel Nieto
Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna. A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una.
Antonio Machado
La matemática es la reina de las ciencias y la aritmética es la reina de las matemáticas. Ella a menudo se digna a prestar un servicio a la astronomía y a otras ciencias naturales, pero en todas las relaciones, tiene derecho a la primera fila.
Carl Friedrich Gauss
No tengo ningún tipo de relación con mi padre. Nunca lo he saludado y eso es duro. Mis sentimientos hacia él no son ni de odio, ni de cariño. Hay un espacio vacio dentro de mi corazón. Ni siquiera siento ganas de conocerlo.
Cristian Castro
Honra a Dios sobre todas las cosas, para que él te gobierne. Pero si te entregas al dominio de Dios, tendrás dominio sobre todas las cosas.
Demófilo
Escribir es un trabajo.
Jean Larser
Pensé que un hombre puede ser enemigo de otros hombres, de otros momentos de otros hombres, pero no de un país: no de luciérnagas, palabras, jardines, cursos de agua, ponientes.
Jorge Luis Borges
El hombre necesita sufrir. Cuando no tiene pesares reales los crea. Los pesares lo purifican y lo preparan.
José Martí
El hombre sin conciencia, sin bondad, no sufre.
Khaled Hosseini
Escojo a mis amigos por su buena apariencia, a mis conocidos por su carácter y a mis enemigos por su razón.
Oscar Wilde
No hay hombre que, revestido de un poder absoluto para disponer de todos los asuntos humanos, no sea víctima de la soberbia y la injusticia.
Platón
No soy un ateniense, ni un griego, sino un ciudadano del mundo.
Sócrates
La satisfacción del hombre al final de su existencia es hallar en la columna del balance, la cifra positiva de haber sido útil.
Virgilio Olano
La esperanza es una virtud cristiana que consiste en despreciar todas las miserables cosas de este mundo en espera de disfrutar, en un país desconocido, deleites ignorados que los curas nos prometen a cambio de nuestro dinero.
Voltaire