Despierto teniendo en mis manos hierbas y tierra de un lugar donde nunca estuve.
Jorge Teillier
De los amigos ofendidos salen los peores enemigos: añaden a su defecto todos los ajenos.
Baltasar Gracián
Somos los hijos indeseados de Dios, ¿y qué? Nuestros padres eran nuestros modelos de Dios, si nuestros padres nos fallaron, ¿qué dice eso de Dios?
Brad Pitt
La mañana, esa mañana eternamente repetida, juega poco, sin embargo, a cambiar la faz de la ciudad, ese sepulcro, es cucaña, es colmena... ¡Que Dios nos coja confesados!
Camilo José Cela
Nunca te metas en un argumento con él. Es como discutir con una banda de mariachis.
Carlos Fuentes
A lo largo del año muchos pilotos han sido sancionados por pequeñas cosas, pero hay uno al que nunca le ha pasado nada. Parece que alguien quisiera que el Mundial lo ganara Lewis Hamilton.
Felipe Massa
Hermanos, no temáis al pecado de los hombres; amad al hombre aún en su pecado, pues un tal amor aseméjase a Dios.
Fiódor Dostoyevski
No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió
Gabriel García Márquez
Hemos construido una civilización entera sobre la exhumación de los depósitos carbónicos del Carbonífero.
Jeremy Rifkin
Si sientes que algo te escarabajea dentro, pidiéndote libertad, abre el chorro y déjalo correr tal y como brote.
Miguel de Unamuno
Tenemos que sustituir la belleza, que es un concepto cultural, por la bondad, que es un concepto humanista.
Philippe Starck
Los judíos, otra vez los judíos, ¡siempre los judíos! Bajo la República, al igual que bajo Luis Felipe y bajo Luis XVI, estamos a la merced de los judíos.
Pierre Joseph Proudhon
El dinero es un poderoso afrodisíaco. Pero las flores logran casi el mismo resultado.
Robert A. Heinlein
Algún día, la tortuga aprenderá a volar.
Terry Pratchett
Dios prometió a Abraham que no destruiría Sodoma. Si pudiera encontrar diez hombres justos, creo que en el caso de Alemania podría reducirse a uno.
Tom Cruise
No acostumbro a dar mucha importancia a las palabras de los pacientes, porque si cuando se lamentan, yo intento calmarles, se lamentan aún más. Si por el contrario, como en este caso, dicen sentirse mejor y yo muestro mi satisfacción, acaban sintiéndose mal.
Yukio Mishima