Frase de Jorge Manrique

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Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando.... - Jorge Manrique

Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando.

Jorge Manrique

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Explorar Frases

Quien monta un tigre corre el riesgo de no poderse bajar nunca.

Anónimo

Hay que perder la mitad del tiempo, para poder emplear la otra mitad.

Anónimo

Nunca he escuchado abuchear un home run, pero sí muchas rechiflas después de un ponche.

Babe Ruth

Yo no te estoy enseñando nada, solo te ayudo a que te conozcas a ti mismo.

Bruce Lee

Tome sus placeres seriamente.

Charles Eames

Los viejos soldados nunca mueren, sencillamente se desvanecen.

Douglas MacArthur

He conocido a muchos hombres que no eran ni la mitad de cariñosos que los monos.

Eduardo Punset

Lira neurótica, pálida hiperemia, velos de presión sanguínea por medio de cafeína, nadie puede medir esto: lo siguiente, el eterno olvido entre el tú y el yo.

Gottfried Benn

El cliente tiene siempre la razón.

Harry Gordon Selfridge

Pero ¿Sabe lo que significa nación? Dice John Wyse. Sí, dice Bloom. ¿Qué significa? Dice John Wyse. ¿Nación? Dice Bloom. Nación es la misma gente que vive en el mismo lugar. Por Dios, entonces, dice Ned, riéndose, en ese caso yo soy una nación porque vivo en el mismo lugar hace cinco años.

James Joyce

Un hombre sólo tiene una manera de ser inmortal en la tierra: tiene que olvidar que es un mortal.

Jean Giraudoux

Durante toda mi vida, no sabía si existía. Pero yo sí, y la gente comienza a darse cuenta.

Joaquin Phoenix

Por norma, los hombres se preocupan más de lo que no pueden ver que de lo que pueden.

Julio César

la más peligrosa manera de engañarse a sí mismo es creer que sólo existe una realidad; que se dan, de hecho, inumerables versiones de la realidad, que pueden ser muy opuestas entre sí, y que todas ellas son el resultado de la comunicación, y no el reflejo de verdades eternas y objetivas.

Paul Watzlawick

Yo no sé qué me sucede desde que te di mi alma, que cualquier senda que tomo me ha de llevar a tu casa.

Salvador Rueda