Es supersticiosa y vana la costumbre de buscar sentido en los libros, equiparable a buscarlo en los sueños o en las líneas caóticas de las manos.
Jorge Luis Borges
El ajedrecista debe ante todo, tener presente sus propias cualidades, tanto positivas como negativas.
Alexander Alekhine
La suma de la vida dichosa consiste en una sólida tranquilidad.
Anónimo
Algo parecido a la Primavera de Vivaldi silbada por Jack el Destripador en plena faena. En tono bajito, casi íntimo.
Arturo Pérez-Reverte
¿Qué es el hombre dentro de la naturaleza? Nada con respecto al infinito. Todo con respecto a la nada. Un intermedio entre la nada y el todo.
Blaise Pascal
El mar tiene estas cosas; todo lo devuelve después de un tiempo, especialmente los recuerdos.
Carlos Ruiz Zafón
Cuando uno se lame las heridas busca un rincón al que no pueda llegar la mirada de cualquiera.
Elísabet Benavent
Existe en la estupidez una gravedad que, mejor orientada, podría multiplicar el número de obras maestras.
Emil Cioran
Labios de amor, sombras de amor, entre las piedras un rayo de amor cáliz de amor, cruces de amor, clave de muerte, clave de sol.
Fito Páez
La primera tarea del poeta es desanclar en nosotros una materia que quiere soñar.
Gaston Bachelard
Los hombres tienen el espíritu limitado por muchas preocupaciones, mientras que las mujeres, aunque ignorantes, son generalmente vivarachas y graciosas. Pero unos y otras se hallan animados de deseos, de pasiones, tan vivas como el aire que respiran, tan ardientes como el sol que ilumina aquellas regiones.
Giacomo Casanova
Me siento demasiado superior para el odio.
Jean-Jacques Rousseau
¡La Iglesia de hoy no necesita "cristianos a tiempo parcial", sino cristianos de una pieza!
Juan Pablo II
Al igual que el que vive cerca de una cascada acaba por no oír el sonido del agua. ¿Cree que si viviera cerca de una casca da la oiría durante mucho tiempo?
Ken Kesey
La mujer tiene el color y el perfume de las rosas, la limpidez y pureza del cristal y sobre todo, su fragilidad.
Lope de Vega
Las lágrimas de la viuda pierden su poéticaamargura desde el momento en que se acerque a enjugarlas la mano del amor.
Severo Catalina