Suele decirse que los reyes tienen las manos largas; yo quisiera que tuvieran igualmente largas las orejas.
Jonathan Swift
Ni hay carcoma que así coma como mala compañía.
Alonso de Barros
El que quiera prosperar en sus negocios hágalos por sí mismo, y si quiere que todo le salga mal, no tiene más que confiarlos a manos ajenas.
Benjamin Franklin
El tiempo perdido nunca se vuelve a encontrar.
Lo que más puedo esperar es cantar lo que pienso, y quizás evocar algo en los demás. No me insultes diciéndome que soy una persona con mensaje. Mis canciones no son más que un diálogo conmigo mismo.
Bob Dylan
Las escuelas que enseñan música te enseñan a usar los ojos para que reconozcas las notas. Pero esa es sólo una parte de la historia, porque los oídos son la parte más importante. Cuando la música sale, cuando la escuchas, va para los oídos. Así que es mejor enseñar primero a tus oídos cómo funciona la música y luego a tus ojos.
Gene Simmons
Transformar la dictadura en 'dicta-blanda' sería un error de consecuencias imprevisibles. Es justamente lo que el marxismo espera desde las sombras.
Jaime Guzmán
Si quieres entender el problema, o al menos ver su magnitud real, y hacía dónde te llevarán sus consecuencias, solo lo podrás hacer con el paso de los años.
Javier Castillo
Termino hoy mi carrera, porque después de ti no puedo tener otro entrenador.
José Mourinho
Cuando tengas orden se multiplicará tu tiempo, y, por tanto, podrás dar más gloria a Dios, trabajando más en su servicio.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Yo sé muy pocas cosas, es verdad. Pero me han dormido con todos los cuentos... Y sé todos los cuentos.
León Felipe
Pero justamente porque soy valiente, tendrán aun más ganas de devorarme, para adquirir parte de mi coraje.
Lu Xun
Ser prematuro equivale a ser perfecto.
Oscar Wilde
Bueno, El Esmoquin dice chico tranquilo pero la chaqueta de cebra dice Peligro, Peligro, aléjate de mi hija. A la chica gótica le gustarás por eso.
Selena Gomez
Una gran parte de la libertad consiste en saber morigerar el vientre.
Séneca
Entonces de mi mano escapó y jamás mi tierra el tesoro recobró... Así aprendí triste la renuncia: nada sea donde la palabra falte.
Stefan George