La censura es la contribución que hay que pagar al público por ser un hombre eminente.
Jonathan Swift
Todo nuestro razonamiento se reduce a ceder al sentimiento.
Blaise Pascal
¿Y esto es morir? Pues es la misma bienaventuranza. La tierra retrocede; se abre el cielo; Dios me llama. Debo irme.
Dwight Lyman Moody
Las pasiones contienen una injusticia y un interés propio que hace que sea peligroso seguirlas, y que convenga desconfiar de ellas, incluso cuando parecen muy razonables.
François de La Rochefoucauld
¿Qué hay mejor que la sabiduría? La mujer. ¿Y qué hay mejor que una buena mujer? Nada.
Geoffrey Chaucer
La fama es el manjar de los muertos; yo no tengo estómago para tal vianda.
Henry Austin Dobson
El poder tiene espinas, pero para algunos gobernantes es sabroso, con todo y ellas, como las sardinas.
Ignacio Manuel Altamirano
No necesitamos aprender a respirar. No necesitamos recordarle a nuestros corazones que deben latir. Tampoco necesitamos aprender a escuchar buenos cuentos y mucho menos a contarlos nosotros mismos. El cuento es una forma de comprensión característica de los seres humanos y, como tal, prevalece por sobre toda diferencia cultural.
Jostein Gaarder
El templo de la gloria es tan grande que no se ha llenado todavía ni se llenará jamás.
Manuel Tamayo y Baus
Lo que más me gusta de vos es algo que no habrá tiempo capaz de quitártelo.
Mario Benedetti
Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales.
Miguel Delibes
Un guerrero acepta la derrota como una derrota, sin intentar transformarla en victoria.
Paulo Coelho
Ninguno de nosotros está libre de pecado.
Petronio
Se aprende más en la derrota que en la victoria, pero. ¡Prefiero esa ignorancia!
Roberto Fontanarrosa
Un laberinto sólo se encuentra en otro laberinto.
Roberto Juarroz
El espectro es Sandino con Bolivar y el Che, por el mismo camino caminaron los tres, estos tres caminantes con idéntica suerte ya se han hecho gigantes, ya burlaron la muerte.
Silvio Rodríguez