Las amistades verdaderas son las que retomas exactamente donde las has dejado, ya hayan pasado una semana o dos años.
Jojo Moyes
No juego al ajedrez, lucho en ajedrez. Por consiguiente, trato de combinar la táctica con la estrategia, lo fantástico con lo científico, lo combinativo con lo posicional, y trato de responder a las demandas de cada posición específica.
Alexander Alekhine
Donar anónimamente... Es el último y verdadero espíritu de la caridad.
Anónimo
Siempre he elegido películas que no han tenido mucho éxito, por lo que no habría tenido que lidiar con la fama.
Barbara Harris
Dios creó al gato para que el hombre pudiera acariciar al león.
Charles Baudelaire
Normalmente sólo vemos lo que queremos ver; tanto es así, que a veces lo vemos donde no está.
Eric Hoffer
Los remordimientos llevan al hombre a morder.
Friedrich Nietzsche
Las excusas son como el culo, todo el mundo tiene uno.
John C. McGinley
¡Buah! Con mi madre no se puede estar. Es una mujer que está todo el día limpiando. A nada que ve una motita, la limpia. Ella limpia.
Juanjo Ballesta
Si yo considerase necesario para la salvación de la India que los ingleses debieran retirarse o ser expulsados, no dudaría en declararlo, y creo que estaría preparado a morir en defensa de tal creencia.
Mahatma Gandhi
¡Cuantas cosas que ayer eran artículos de fe, son fábulas hoy!
Michel de Montaigne
Bajo el hacha implacable, ¡cuán presto en tierra cayeron encinas y robles!
Rosalía de Castro
A pan y nada, el alma se rompe sin ruido.
Susana Corullón Paredes
No trates de alejar los pensamientos irrelevantes y poco importantes. Cuanto más lo hagas, más intensamente retornarán y con mayor fortaleza. Desgastarás tu energía y tu voluntad. Se indiferente.
Swami Sivananda
¿Has amado alguna vez a alguien hasta llegar a sentir que ya no existes? ¿Has amado alguna vez a alguien hasta el punto en el que ya no te importa lo que pase? ¿Hasta el punto en el que estar con él ya es suficiente, cuando te mira y tu corazón se detiene por un instante? Yo sí.
Thora Birch
La edad promedio de un hombre en la Edad de Bronce era dieciocho años; en la era romana, veintidós. El paraíso debe haber sido hermoso entonces. Hoy debe ser terrible. Cuando un hombre llega a los cuarenta no tiene posibilidad de morir bellamente. Sin importar cuánto se esfuerce, morirá por deterioro. Debe obligarse a vivir.
Yukio Mishima