Recuerda, Don. Cuando Dios cierra una puerta, abre un vestido.
John Slattery
No se preocupen amigos: Yo voy a seguir siendo yo. Siempre. Sin disculpas. Solo voy a exprerimentar nuevas formas de presentarme a mi mismo, estoy aprendiendo.
Adam Lambert
Si es arte, no es para todos, y si es para todos, no es arte.
Arnold Schönberg
El poeta verdadero es el que tiene la facultad de ver lo invisible en lo visible y de percibir el corazón sagrado de la carne y de las cosas.
Beatriz Villacañas
La bondad implica también la capacidad de decir no.
Benedicto XVI
Si metes la pata no es culpa de tus padres ni de tus profesores, así que no lloriquees por tus errores y aprende de ellos.
Bill Gates
Un motor rotativo de combustión interna en el que un rotor triangular gira dentro de una carcasa especialmente diseñada, y que realiza las mismas funciones que los pistones de un motor convencional, pero reduciendo peso y número de partes móviles.
Felix Wankel
Sólo cuando una casa arde se ve toda la miseria que había dentro. Entonces, hasta el rey se entera de que ha convivido con las ratas.
Friedrich Hebbel
- ¿Es verdad que es usted policía? -No exactamente, pero me dedico a este tipo de asuntos. - ¿Quiere decir que es detective? -Bueno, una especie de detective. - ¡Lo sabía!
Ian Fleming
A, b c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, ll, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y y z.
Jaume Perich
Todos somos iguales ante la ley.
Juan Carlos de Borbón
Cada paso que da el zorro le acerca más a la peletería.
Proverbio Chino
La palabra de la ancianidad es muchas veces oráculo.
Publilio Siro
El mal (la ignorancia) es como una sombra - carece de materia, es simplemente falta de luz; no puedes hacer que una sombra desaparezca tratando de luchar contra ella, de pisotearla, de quejarte amargamente de ella, o utilizando cualquier otra forma de resistencia emocional o física. Para provocar que una sombra desaparezca, debes poner luz en ella.
Shakti Gawain
El sarcasmo siempre es a costa de otra persona.
Veronica Roth
No debía hacer nada de mal gusto, advirtió al anciano Eguchi la mujer de la posada. No debía poner el dedo en la boca de la mujer dormida ni intentar nada parecido.
Yasunari Kawabata