Es difícil encontrar en el mundo algo que el hombre no pueda hacer un poco peor y venderlo un poco más barato, y aquellos que solo consideren el precio se volverán presas legítimas de este hombre.
John Ruskin
¡Yo soy el mejor luchador técnico en la historia de la WWF!
Chris Benoit
Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante.
Facundo Cabral
Ya no hay vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces intentas recordar en que momento comenzó todo y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas.
Federico Moccia
La eternidad es sólo eso: perenne rebeldía ante la muerte.
Fernando Sánchez Dragó
No estoy en este deporte para recibir castigo.
Floyd Mayweather
La felicidad radica en la alegría del logro y la emoción del esfuerzo creativo.
Franklin D. Roosevelt
Nuestra arcaica necesidad de seguridad nos empuja a buscar el consuelo en verdades tranquilizadoras; tal búsqueda, para el hombre moderno liberado de prácticas esotéricas y adivinatorias, pasa a través del avance cognitivo y del razonamientoracional.
Giorgio Nardone
Las quejas disminuyen el valor del sacrificio.
Giovanni Guareschi
Emancipar a las mujeres es corromperlas.
Honoré de Balzac
Tal vez tuvimos sólo siete noches, no sé, no las conté, cómo hubiera podido. Tal vez no más que seis o fueron nueve. No sé, pero valieron como el más largo amor.
Idea Vilariño
Tenemos un sistema que cobra cada vez más impuestos al trabajo y subsidia el no trabajar.
Milton Friedman
Hay un montón de cosas que son desconocidas, pero se supone razonablemente que existen, incluso en las ciencias más básicas. Tal vez un 90% de la masa-energía del universo se denomina oscura, porque nadie sabe lo que es.
Noam Chomsky
La más terrible de todas las armas es la palabra, que arruina una vida sin dejar rastro de sangre y cuyas heridas jamás cicatrizan. Seamos, por tanto, señores de nuestra lengua para no ser esclavos de nuestras palabras.
Paulo Coelho
Muchas veces la ley se somete a la utilidad.
Séneca
La belleza no es más que la promesa de la dicha.
Stendhal