No temo a la muerte porque no creo en ella. Pienso que solo es salir de auto para entrar en otro.
John Lennon
La voluntad moral trabaja por humanizar más y más al hombre, levantándolo sobre la bestia, como un escultor que, tallando el bloque de piedra, va poco a poco sacando de él una estatua.
Alfonso Reyes Ochoa
La bien templada hoja de mi espada hiende los cascos de los guerreros, mi potente lanza arremete certera, mi fuerza vale por la fuerza de diez, porque mi corazón es puro.
Alfred Tennyson
El huevo tiene una forma perfecta a pesar de que se hace con el culo.
Bruno Munari
Cuando viajo, lo que más me interesa es la gente, porque sólo hablando con ella se conoce el ambiente.
Camilo José Cela
La filosofía de un artista es muy bohemia, pero tampoco nos pasemos de bohemios porque hay que comer.
Chenoa
La muerte de una mujer hermosa es pues incuestionablemente el tema más poético del mundo, e igualmente está fuera de duda que los labios más adecuados para ese tema son los del amante en duelo.
Edgar Allan Poe
A la vida le basta el espacio de una grieta para renacer.
Ernesto Sabato
Créeme, en tu corazón brilla la estrella de tu destino.
Friedrich Schiller
El comercio electrónico será un amplio sector en el que triunfarán numerosas empresas al mismo tiempo con estrategias diferentes. Aquí hay sitio no para diez o cien empresas, sino para miles o decenas de miles de empresas.
Jeff Bezos
El ajedrez es uno de los medios que tenemos para salvar la cultura, como el latín, el estudio de las humanidades, la lectura de los clásicos, las leyes de la versificación, la ética.
Jorge Luis Borges
No soy alguien que pueda compartir un crepe. Necesito el crepe entero.
Lily Collins
El socorro en la necesidad, aunque sea poco, ayuda mucho.
Mateo Alemán
El talento puede dar prestigio, el valor puede dar soldados, la tiranía puede dar esclavos, pero sólo la justicia puede dar la fuerza.
Silvio Pellico
Los daños ya causados eran irremediables, pero al menos no se volverían a cometer.
Ursula K. Le Guin
Venid a mí, espíritus que servís a propósitos de muerte, quitadme la ternura y llenadme de los pies a la cabeza de la más ciega crueldad.
William Shakespeare