Una cosa bella es un placer eterno. Su hermosura siempre va en aumento; jamás tornará a la nada, antes al contrario, guardará siempre para nosotros una verde umbría y un reposo lleno de sueños placenteros, un saludable bienestar y un sosegado alentar para nuestro pueblo.
Lo que se imponía era ver a mis exmujeres, por lo menos a dos: la que me dejó y a la que nunca tuve.