Tememos que nos maten. Pero es mucho peor que nos destruyan.
John Katzenbach
Cuanto más se está invadido por la duda más se adhiere uno a una falsa lucidez de espíritu, con la esperanza de aclarar mediante el razonamiento lo que el sentimiento ha vuelto revuelto y oscuro.
Alberto Moravia
En su propaganda, los dictadores de hoy confían principalmente en la repetición, la supresión y la racionalización: la repetición de las consignas que desean que sean aceptadas como verdades, la supresión de hechos que desean que sean ignorados y el fomento y la racionalización de las pasiones que puedan ser utilizadas en interés del Partido o del Estado.
Aldous Huxley
La mayor parte de los seres tiene que estar conquistando y reconquistando incesantemente al ser que desea, que no se ofrece a ellos sin combate.
André Maurois
Quizá los más auténticos poetas son los que huyen de llamarse poetas: ello va contra su propia finura espiritual y contra sus propios valores estéticos.
Beatriz Villacañas
La potencia al golpear viene de una torsión rápida de la cintura, y no de un movimiento oscilante de balanceo.
Bruce Lee
Internet es la primera cosa que la humanidad ha construido y que la humanidad no entiende, el experimento más grande de anarquía que hemos tenido.
Eric Schmidt
Me han acusado de todo menos de violar a Soraya, pero se comprende...; sobre Soraya Rodríguez, candidata del PSOE a la alcaldía de Valladolid en las elecciones de 2007.
Francisco Javier León de la Riva
El cielo aclara la luna y la nieve es un mismo color.
Imaizumi Sogetsu
Fue un fracaso total; la mayor tragedia de mi vida. Desde el primer día me di cuenta de que yo no iba a ser médico.
Jaime Sabines
Que semejantes son los gritos del amor y los de los que se mueren.
Malcolm Lowry
Entre col y col, lechuga.
Proverbio
Si no triunfas al principio, el fracaso puede ser tu estilo.
Quentin Crisp
El modo de gobernar bien es el emplear los hombres honrados, aunque sean enemigos.
Simón Bolívar
Piensa por ti mismo y cuestiona a la autoridad.
Timothy Leary
Las palabras sin afectos, nunca llegarán a oídos de Dios.
William Shakespeare