La furia fundida con la frialdad.
John Katzenbach
Siento que el viejo cuento aquél no tenga el fín que imaginé
Amaia Montero
Tiene el poder aquel en el que la multitud cree.
Anónimo
El tiempo y yo contra quien sea.
Cardenal Richelieu
Mientras el círculo de las ideas religiosas pretenda invadir el dominio de la metafísica y de la filosofía y viva estrechamente unida a la fantasía, como la crítica ha dejado que se establezca esta confusión entre la imagen y la idea, a la ciencia corresponde el mostrar la incompatibilidad de los elementos contradictorios.
Eduard von Hartmann
Meter mucho ruido a propósito de una ofensa recibida no disminuye el dolor, sino que acrecienta la vergüenza.
Giovanni Boccaccio
No habrá paz entre los pueblos de este mundo si no hay paz entre las religiones del mundo.
Hans Küng
Cuando los padres han construido todo, a los hijos sólo les queda el derrumbarlo.
Karl Kraus
El puerto, lleno de niebla, está demasiado romántico...
Martín Adán
Si no se me convence con testimonios bíblicos, o con razones evidentes, y si no se me persuade con los mismos textos que yo he citado, y si no sujetan mi conciencia a la Palabra de Dios, yo no puedo ni quiero retractar nada, por no ser digno de un cristiano hablar contra su conciencia. Heme aquí; no me es dable hacerlo de otro modo. ¡Que Dios me ayude! ¡Amén!
Martín Lutero
La derrota de ETA es mucho más que la derrota de sus comandos militares, entre comillas, es que pierda la esperanza, ellos y los que les apoyan, de conseguir algo de la democracia y de la política con el uso de terror.
Rosa Díez
Si quieres tener un amigo en el paddock, tráete a tu perro.
Sebastian Vettel
Por muy poderosa que se vea el arma de la belleza, desgraciada la mujer que sólo a este recurso debe el triunfo alcanzado sobre un hombre.
Severo Catalina
Nuestras discordias tienen su origen en las dos más copiosas fuentes de calamidad pública: la ignorancia y la debilidad.
Simón Bolívar
Procurar comprender requiere consideración; procurar ser comprendido exige coraje.
Stephen Covey
Hay gentes a las que el solo hecho de respirar parece dar alegría.
William Morris