Todo el mundo mentía. Unas mentiras maravillosas, desenfrenadas, optimas, desmedidas, entusiastas.
John Katzenbach
La única manera de pescar a una mujer impescable es ofrecerle un anillo de bodas.
Albert Finney
Si la poesía imitase a la Naturaleza, el hombre escucharía el sonido de una lengua ignota.
Alfred de Vigny
Y como buen catalán que soy voy a apagar la luz que consume mucho, hasta luego y gracias.
Andreu Buenafuente
La modestia en el manifestar nuestros sentimientos nos deja la libertad de cambiar de ellos sin sonrojamos.
Charles Wilson
No podemos marchar en el sentido inverso de una exigencia implícita en la lógica socialista, que es una lógica en gran medida internacionalista y crear en el interior del Estado español un fraccionamiento socialista en base a una pretendida independencia de las nacionalidades.
Felipe González
También Emma hubiese querido, huyendo de la vida, evaporarse en un abrazo.
Gustave Flaubert
Lo más grave, en el caso de Eichmann, era precisamente que hubo muchos hombres como él, y que estos hombres no fueron pervertidos ni sádicos, sino que fueron, y siguen siendo, terrible y terroríficamente normales.
Hannah Arendt
Es el fin del mundo y aún así llego quince minutos tarde.
Keira Knightley
Hay una marca en los negocios de la mujer que, tomada en su flujo, lleva... sabe Dios dónde.
Lord Byron
La única forma de vivir en la memoria de las clases comerciales es nunca pagando las deudas.
Oscar Wilde
Siempre que odio y amor compiten, es el amor el que vence.
Pedro Calderón de la Barca
Era grande como jugador, grande como líder, muy humanitario en las causas a favor del prójimo, grande como inspiración para la juventud y para todos los involucrados en el béisbol y en cualquier deporte...
Roberto Clemente
Hagamos, porque es bello, el bien...
Rubén Darío
Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti.
Séneca
Nos internamos en el cosmos preparados para todo, es decir para la soledad, la lucha, la fatiga y la muerte. Evitamos decirlo, por pudor, pero en algunos momentos pensamos muy bien de nosotros mismos. Y sin embargo, bien mirado, nuestro fervor es puro camelo. No queremos conquistar el cosmos, sólo queremos extender la Tierra hasta los lindes del cosmos.
Stanisław Lem