Uno tiene que buscar su propio estilo.
John Irving
Si no chocamos contra la razón nunca llegaremos a nada.
Albert Einstein
El equilibrio mental, juicio recto, valor moral, audacia, resistencia, forma de tratar al prójimo y cómo sacar el mayor bien de los contratiempos son cosas que no se aprenden en la escuela.
Alexis Carrel
¡Oh salud, salud! ¡Bendición del rico, riqueza del pobre! ¿Quién podría encontrar demasiado caro el precio por comprarte?
Ben Jonson
Siempre he aspirado a una forma mucho más amplia que, libre de las aspiraciones de la poesía y la prosa, nos dejase entendernos sin exponer a lector y autor a sublimes agonías.
Czeslaw Milosz
Cada uno tiene su propia vida, y es la única, nadie está dispuesto a no verla cumplida según su deseo.
Javier Marías
En estrategia, es indispensable tener la sensibilidad para la oportunidad.
Jorge González Moore
¿No crees que la igualdad, tal como la entienden, es sinónimo de injusticia?
Josemaría Escrivá de Balaguer
Con una tregua definitiva y para siempre, todos los partidos podrán realizar sus ofertas electorales con absoluta normalidad, incluida Batasuna.
Juan José Ibarretxe
Pasó el miércoles sin pena ni gloria, llegó el jueves y, con él, la lluvia: no mucha y tan solo a ratos, pero lo suficiente como para dejar ver a través del ventanal un día gris que invitaba a no pisar la calle.
María Dueñas
Muchos creen por desgracia que basta una ilustración superficial, cuatro chanzas de sociedad y una educación falsamente despreocupada para hacer feliz a una nación.
Mariano José de Larra
Porque siento compasión por los oprimidos, no puedo sentirla por los opresores.
Maximilien Robespierre
En cuantas cosas emprendemos hay que conceder dos terceras partes a la razón y la otra tercera a la casualidad: aumentad la primera fracción y seréis pusilánimes; aumentad la segunda y seréis temerarios.
Napoleón Bonaparte
¿A quién le cabe más que al artista, la defensa de la libertad tan esencial para su labor creadora?
Pablo Casals
¿Cómo funciona la política? Es una mierda.
Shakira
Wagner veía en el arte un arcano sagrado, una panacea para los males de la sociedad, mientras que Tolstói, hacia el final de su vida, lo rechazaba como un lujo frívolo.
Thomas Mann