Una esposa maltratada sigue estando casada hasta que se divorcia, o hasta que asesina al cabrón de su marido.
John Grisham
Virtud es fortaleza, ser bueno es ser valiente; escudo, espada y maza llevar bajo la frente; porque el valor honrado de todas armas viste: no sólo para, hiere, y más que aguarda, embiste.
Antonio Machado
Las convicciones son esperanzas.
Bertolt Brecht
Hay dos clases de arte: la decorativa, el arte del papel pintado y la que tiene un propósito moral.
Edward Abbey
Ya no hay belleza si no es en la lucha.
Filippo Tommaso Marinetti
Un pueblo que oprime a otro pueblo no puede ser libre.
Friedrich Engels
Fomenta sin cesar falsos amigos.
Juan Bautista Arriaza
El evangelio de Jesús abre inexploradas capas de compresión de la realidad y revela emocionantes facetas de realización y relevancia que cada generación necesita conocer.
Lucas Leys
Los aspectos motrices en relación con la inteligencia son el lenguaje y la actividad de la mano, los cuales se ponen a su disposición para realizar el trabajo.
Maria Montessori
En el fondo, la mayoría de nuestros problemas se reducen a eso: seguir reglas.
Paulo Coelho
El ser humano tiene dos grandes problemas: el primero es saber cuándo comenzar, el segundo es saber cuándo parar.
Nada puede decirse cumplidamente terminado si no se ha intentado por todos los lados.
Philip Sidney
Querida Sra. Chown, ignore los intentos de su hijo de enseñarle Física. No es la cosa más importante. La cosa más importante es el amor. Mis mejores deseos, Richard Feynman.
Richard Feynman
Lo que intento decir, es que si lo hace el Presidente, entonces no es ilegal.
Richard Nixon
La actuación es siempre un reto.
Robert Downey Jr.
En la era industrial avanzada, las masas no tienen más remedio que desahogarse y reponerse como parte e la necesidad de regenerar las energías para el trabajo que consumieron en el alienante proceso productivo. Esta es la única base de masas de la cultura de masas. En ella se cimenta la poderosa industria del entretenimiento que siempre crea, satisface y reproduce nuevas necesidades.
Theodor Adorno