Entre todas las palabras tristes, habladas o escritas, las más tistes son estas: Pude haber sido.
John Greenleaf Whittier
La adolescencia fue para mí una verdadera iniciación en derrotas.
Adolfo Bioy Casares
Lo que cuenta a veces no es lo que se da, sino lo que se cede.
Carlos Ruiz Zafón
Aceptar la injusticia no es una virtud, sino todo lo contrario.
Cleóbulo de Lindos
No hay mejor libro con el que defender a la Biblia que la Biblia misma.
Dwight Lyman Moody
Los pueblos de la tierra no sólo deben elegir al hombre que los conduzca: deben saber cuidarlo de los enemigos que tienen en las antesalas de todos los gobiernos.
Eva Perón
El cristianismo nos arrebató la cosecha de la cultura antigua, más tarde volvió a arrebatarnos la cosecha de la cultura islámica.
Friedrich Nietzsche
La memoria está condicionada por la emoción; recordamos más y mejor los eventos que nos conmueven, como la alegría de un nacimiento, el placer de una noche de amor, el dolor de una muerte cercana, el trauma de una herida.
Isabel Allende
Lo que pasa con la gente que sufre es que ha sido abandonada de sí misma. Ha padecido el abandono de sus partes adultas; sus niños han quedado a la deriva, sin nadie que los contenga. Y han tenido que ir a buscar por ahí, a cualquier lado, ayuda, y más que ayuda, dependencia.
Jorge Bucay
Las mujeres no miden jamás los sacrificios; ni los suyos, ni los de los demás.
Madame de Staël
El arte parece ser el empeño por descifrar o perseguir la huella dejada por una forma perdida de existencia.
María Zambrano
La gente, en cualquier administración, sin importar lo inteligente o capaz que sea, no trabaja muy racionalmente. Trabajan, en cambio, por sus intereses egoístas.
Norman Mailer
¡Ay del que va en el mundo a alguna parte y se encuentra una rubia en el camino!..
Ramón de Campoamor
Siempre he creído que cada uno hace su propia felicidad y es responsable de sus propios problemas.
Ray Kroc
Si querer entender de todo es ridícula presunción, servir sólo para una cosa suele ser falta no menor.
Tomás de Iriarte
La belleza del mundo que tan pronto perecerá tiene dos filos, uno de risa, otro de angustia, partiendo el corazón en dos.
Virginia Woolf