Quizá inventamos las metáforas como respuesta al miedo.
John Green
El poeta debe escuchar con respeto la crítica ajena, porque el libro lanzado a la publicidad ya no le pertenece. Él lo entregó al juicio de los hombres, sin que nadie le obligase a ello. Asístele, sin embargo, el derecho de no ser demasiado dócil a admoniciones y consejos, y le conviene, sobre todo, desconfiar aún de sus propias definiciones.
Antonio Machado
Una casa sin libros es una casa sin dignidad.
Edmundo de Amicis
Los estímulos de los sentidos no sólo son gustativos: se puede jugar igualmente con el tacto (contrastes de temperaturas y texturas), el olfato, la vista (colores, formas, engaño visual, etc.), con lo que los sentidos se convierten en uno de los principales puntos de referencia a la hora de crear.
Ferran Adrià
Un sensato puede amar como un loco, pero nunca como un necio.
François de La Rochefoucauld
¡Oh deleitosos senos, repuestos valles, de mil bienes llenos!
Fray Luis de León
Antes del matrimonio se considera el amor teóricamente; en el matrimonio se pasa a la práctica. Ahora bien, todos saben que las teorías no siempre concuerdan con la práctica.
Henrik Ibsen
La vida se vive a sí misma, nos guste o no.
Julio Cortázar
Dos sedientos Jesús mío, Tú de almas y yo de saciar tu sed, ¿Qué nos detiene pues?
Madre Laura
Cuando Dios quiere enloquecer a alguien, satisface todos sus deseos.
Paulo Coelho
El amor permanece. ¡Son los hombres los que cambian!
Un guerrero no se deja asustar cuando busca lo que necesita. Sin amor, él no es nada.
Los 308 goles oficiales son un resultado histórico, único e increíble; y seguramente sólo una etapa, no una meta, para un gran campeón que ha demostrado a lo largo de los años cualidades increíbles y que continuará a haciéndolo aún durante mucho tiempo.
Raúl González Blanco
La primera víctima de la destemplanza es la propia libertad.
Séneca
Nunca fui al laboratorio con una actitud trágica o militar. Me fui por la sencilla razón de que me gusta trabajar.
Soichiro Honda
Entre los tormentos y desolaciones de la vida se cuenta, pues, la de que nuestros amigos sean incapaces de terminar sus relatos.
Virginia Woolf