Hay un antiguo refrán sobre cómo la victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana.
John F. Kennedy
Creo que a pesar de todo, la humanidad es buena.
Ana Frank
La soberbia del hombre puede ser su perdición, y necesita saber cuándo acudir a otros para apoyo y orientación.
Bear Grylls
Estoy tan increÃblemente cansado de otorgar respeto a un montón de delirios e ideas locas sólo porque se las considera religiones.
Björn Ulvaeus
La mayorÃa de los bienes que son objetos de deseo se procuran mediante el trabajo, y pueden ser multiplicados, no solamente en una nación, sino en muchas, casi sin ningún lÃmite determinable, si estamos dispuestos a dedicar el trabajo necesario para obtenerlos.
David Ricardo
El dinero es dinero y no lo es al mismo tiempo. El que lo posee tiene siempre una ventaja a su favor, si lo posee en la hora y el minuto en que le es necesario, mientras que otros, que carecen de él, pueden caer en la vergüenza y en la deshonra.
Detlev von Liliencron
Un corazón generoso puede amar por compasión.
Fiódor Dostoyevski
Quizá me haya acostumbrado tanto a las mentiras, que la verdad me suena indecentemente falsa.
Irvine Welsh
El cine refleja la cultura y no hay daño en la adaptación de la tecnologÃa, pero no a costa de perder su originalidad.
Jackie Chan
Vive aquà y ahora.
Josh Gad
El primer golpe es la mitad de la batalla.
Oliver Goldsmith
Apaga el gris de tu vida y enciende los colores que llevas adentro.
Pablo Picasso
Prácticamente todas las organizaciones activistas, en los movimientos ambientales, sociales y polÃticos de la actualidad siempre excluyen al sistema de mercado mismo como un determinante de efectos perjudiciales.
Peter Joseph
La lectura hace al hombre completo, la conversación lo hace ágil, la escritura lo hace exacto.
Plutarco
Eto'o es fantástico. Ahora mismo casi nada es mejor que él Simplemente es un delantero extraordinario.
Samuel Eto'o
Una buena idea es como un yo-yo que puede ir hasta el final de su cadena, pero no morir allÃ, sino que sólo duerme. Eventualmente se retrocede hasta en la palma de su mano.
Stephen King