La maldad de muchos no está en lo que dicen acerca de su causa, sino en lo que dicen sobre sus contradicciones.
John F. Kennedy
Nuestro objetivo debe ser encontrar una nueva manera de dar rienda suelta a nuestra inteligencia colectiva, como el mercado ha dado rienda suelta a nuestra productividad colectiva.
Al Gore
¡Dios salve al capitalismo de los defensores del capitalismo!
Ayn Rand
La cortesía es como el aire de los neumáticos: no cuesta nada y hace más confortable el viaje.
Cruzalta
La ventaja de los fuertes es plantear las cuestiones cruciales y formar opinión sobre ellas. Los débiles siempre tienen que decidir entre alternativas que otros plantean.
Dietrich Bonhoeffer
Es más fácil morir por una idea, y aún añadiría que menos heroico, que tratar de comprender las ideas de los demás.
Gregorio Marañón
La fuerza de los que gobiernan no es, realmente, más que la fuerza de los que se dejan gobernar.
Guillaume-Thomas Raynal
El objetivo y el contenido de las relaciones miden el contenido significativo de la experiencia.
John Dewey
Parece que la injusticia tiene en nosotros más abrigo que la justicia. Pero yo me río, y sigo mi camino.
Manuel Belgrano
El universo no es una cosa, sino un acto.
Muhammad Iqbal
Sé que a las damas les duele oír esto, pero si se casan, han aceptado el liderazgo de un hombre, su esposo. Cristo es la cabeza del hogar, y el esposo es la cabeza de la esposa, y así es como son las cosas, punto.
Pat Robertson
Una vida sin causa es una vida sin efectos.
Paulo Coelho
El maestro ciruela, que no sabe leer y pone escuela.
Proverbio
... un hombre no podrá ser justo y obedecer al Papa cuándo los mandatos de éste sean contrarios a los contrarios a los de su legítimo soberano.
Thomas Hobbes
Súbitamente sintió el deseo imperioso de escribir. Cierto es que, como suele decirse, Eros ama el ocio, y que sólo para el ocio ha nacido. Pero en ese momento de la crisis, su excitación le impulsaba a tranquilizar por medio de la palabra el torbellino de sus pensamientos.
Thomas Mann
Fray Lorenzo: Allí en el suelo, borracho de sus propias lágrimas.
William Shakespeare