Los soviets y nosotros atribuimos significados enteramente distintos a idénticas palabras: paz, guerra, democracia, voluntad popular. Tenemos visiones radicalmente diferentes de lo que está bien o mal, de qué es un asunto interno y qué una agresión y, por encima de todo, de dónde se halla el mundo y hacia donde se dirige.
Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza.