El amor cuenta las horas por meses, los días por años y una pequeña ausencia es un siglo.
John Dryden
El objetivo del juego no es la victoria, sino el arte.
Alexander Alekhine
Un ordenador en cada oficina, en cada casa. Microsoft en cada uno de los ordenadores.
Bill Gates
Los mayores inventos del hombre son la cama y la bomba atómica: el primero te aísla y el segundo te ayuda a escapar.
Charles Bukowski
Una estrellafugaz se va en un segundo pero ¿no te alegra haberla visto?
Ciarán Hinds
¡El campeonato intercontinental no significa nada comparado contigo!
Eddie Guerrero
¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes, o este sol colorado que es mi sangre furiosa cuando entro en ella hasta las últimas raíces?
Gonzalo Rojas
Parece que a este nuestro pueblo, al igual del personaje de Poe, lo ha invadido la irremediable cobardía de no abrir los ojos, no tanto por esquivar la visión de horribles cosas cuanto por el fundado temor de no ver nada.
Jorge Eliécer Gaitán
No le temo a la muerte. Había estado muerto por billones y billones de años antes de que naciera, y no sufrí la menor inconveniencia por ello.
Mark Twain
Es más cruel temer a la muerte que morir.
Publilio Siro
La posición más radical del idealismo es el solipsismo, que niega la posibilidad de conocer la realidad material y reduce toda percepción a la imaginación de uno mismo.
Shahen Hacyan
Mi personaje de videojuegos preferido no es Mario, es Pacman.
Shigeru Miyamoto
Ay de las penas de un pobre viejo, De quién extremidades temblandas lo has llevado a tu puerta, De quién los días son disminuidos hasta el plazo más breve posible; Oh dar alivio, y el cielo bendiga tu tienda.
Thomas Moss
Keynes demostró que ni el capitalismo ni el liberalismo sobrevivirían mucho tiempo el uno sin el otro.
Tony Judt
En el perdón de las injurias consiste la gloria y el deber; en la longanimidad reposa el mundo.
Valmiki
Los buenos mueren los primeros, y aquellos cuyo corazón es tan seco como el polvo estival, arden y se consumen hasta la raíz.
William Wordsworth