Le doy mucho placer a tanta gente. ¿Por qué no puedo obtener un poco de placer para mí?
John Belushi
El si y el no fueron las más breves palabras por que se han desengañado presto los hombres.
Antonio Pérez
No son nuestras la carne del fauno ni las visiones del santo.
Ezra Pound
El revolucionario más radical se convertirá en un conservador el día después de la revolución.
Hannah Arendt
Con las piedras que con duro intento los críticos te lanzan, bien puedes erigirte un monumento.
Immanuel Kant
Cuantas más personas matas, más fácil te resulta hacerlo.
James Gandolfini
La patria, la tierra, los pueblos que conquistamos, la distancia que avanzamos hacia el enemigo no son más que una fantasía bélica, una aventura de ficción.
Joaquín Berges
Si hay algún mensaje de mi trabajo es, en última instancia, que está bien ser diferente, que es bueno ser diferente, que debemos cuestionarnos a nosostros mismos antes de emitir un juicio sobre alguien que aparenta diferente, se comporta diferente, habla diferente, o es de un color diferente.
Johnny Depp
Si un escritor se considera revolucionario (y siempre todo verdadero escritor ha estado en pugna contra los órdenes sociales injustos), elegirá la lucha contra su medio ambiente, tratará de superarse y superarlo por todos los medios.
Jorge Teillier
Soy lo bastante rica como para apreciar a los hombres que se pueden comprar.
Margarita Lozano
Adquiramos la magia de cambiar, teniendo un sueño, creyendo en él y luchando por él.
Miguel Ángel Cornejo
La muerte iba a ser mi gloria, pero el destino me la ha negado.
Pierre Corneille
El frío anochecer de Kyoto hacía aflorar el calor del fuego. El viento, en la penumbra, gemía entre los pilares. El grillo que se posaba en la gruesa columna había desaparecido.
Ryunosuke Akutagawa
La más dulce vida consiste en no saber nada.
Sófocles
Ni tampoco debemos pensar que hay gran diferencia de un hombre a otro, sino que es más sabio y discreto aquel que muestra su saber en tiempo de necesidad.
Tucídides
Se puede guiar a los hombres haciéndolos pensar por sí mismos, pareciendo dudar con ellos, conduciéndolos, como de la mano, sin que se den cuenta.
Voltaire