El objeto de la respiración es evidentemente introducir en la sangre el oxígeno necesario para la vivificación de los órganos, librar a aquel líquido del ácido carbónico que se produce en los vasos capilares.
Johannes Peter Müller
La belleza del hombre está o en la sonoridad, o en el significado.
Aristóteles
Su muerte es para cada cual el ocaso del mundo.
Arthur Schopenhauer
Es que ese caballero es tan cambiante como el sol. Un día nublado, oscuro, con sol, medio nublado. Cambia de acuerdo con el ambiente. Pero a veces cambia profundamente, porque todo lo que hizo antes de 1973 lo rechazó después.
Augusto Pinochet
¡A quien no se salva por sí sólo, nadie lo puede salvar!
Cesare Pavese
En ese instante sentí una horrible tristeza y, sin embargo, algo así como un brote de risa empezó a cosquillearme el alma.
Fiódor Dostoyevski
Los hombres ricos, sin convicciones, son más peligrosos en la sociedadmoderna que las pobresmujeres sin castidad.
George Bernard Shaw
Grande o pequeño, todo hombre es poeta si sabe ver el ideal, más allá de sus actos.
Henrik Ibsen
El amor que damos y que recibimos es lo único que importa y lo único que se recuerda. El sufrimiento desaparece; el amor perdura.
Jack Canfield
De grado o por fuerza, se vive de lo que se niega.
Jean Rostand
El deber es cosa que puede exigirse a una persona lo mismo que se exige el pago de una deuda.
John Stuart Mill
Por mi raza de bronce hablará el Espíritu Santo.
José Vasconcelos
Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cuatro y acabo la planilla y pienso diez minutos y estiro las piernas como todas las tardes y hago así con los hombros para aflojar la espalda y me doblo los dedos y les saco mentiras.
Mario Benedetti
No tenemos el derecho de asumir que las leyes físicas existen o si han existido hasta ahora, que seguirán existiendo en el futuro de forma similar.
Max Planck
La gente no siempre ha estado ahí para mí, pero la música siempre.
Taylor Swift
La guerra es un juego que los reyes, si sus súbditos fueran inteligentes, no jugarían jamás.
William Cowper