Para la política el hombre es un medio; para la moral es un fin.
Johann Gottfried Herder
Soy en mí como es en sí la sombra: causa de luz y efecto de sí misma.
Agustín Acosta
Perfección en los medios y confusión en los fines.
Albert Einstein
Tú me estás devolviendo la fe en la vida, que he perdido. Desde que te he conocido, quiero luchar de nuevo. Tú has hecho el milagro, mí dulce, mi triste Irene. ¡Sigue salvándome, tú que puedes hacerlo, Y Sálvate tú! Acéptame.
Antonio Buero Vallejo
El despejo en todo. Es vida de las prendas aliento del decir, alma del hacer, realce de los mismos realces.
Baltasar Gracián
Lo esencial surge con frecuencia al final de las conversaciones. Las grandes verdades se dicen en los vestíbulos.
Emil Cioran
¿Qué sería de una nación que en vez de geómetras, astrónomos, arquitectos y mineralogistas, no tuviesen sino teólogos y jurisconsultos?.
Gaspar Melchor de Jovellanos
Bolivia tuvo mar. Yo sueño con bañarme en una playa boliviana.
Hugo Chávez
Mi nombre va de boca en boca mi cuerpo va de bar en bar en busca de una loca con quien hablar.
Kase.O
La habitual indiferencia de que alardeaban los detectives de homicidios quedaba superada por la emoción del momento. Me sorprendió su apasionamiento. No comprendía exactamente si aquella atrocidad por sí sola había conmovido sus sentimientos o si la naturaleza religiosa del ofensivo objeto contribuía a su reacción.
Kathy Reichs
No podemos permitir que la España democrática, moderna y europea, se convierta en la puta triste de Fidel.
Mario Vargas Llosa
De gente bien nacida es agradecer los beneficios que recibe.
Miguel de Cervantes
El Poder detiene al Poder.
Montesquieu
Mi definición es: el hombre es un animal que ríe. La risa es una prueba de que eres capaz de ver la ridiculez de la vida.
Osho
Odio la publicidad, sinceramente. He pasado por la piedra de molino de las entrevistas y las considero una pérdida de tiempo. El tipo que encuentro en esas entrevistas haciéndose pasar por mí suele ser un engreído al que no me gustaría conocer.
Raymond Chandler
El río sigue su brutal correr, mas al pasar frente al poeta, amansa su delirio, y las aguas, acariciando las raíces, han labrado el remanso.
Ricardo Güiraldes