¿Qué somos capaces de hacer para defender a las personas que queremos? Ese es el rasero por el que medimos el sentido de nuestra propia vida.
Joël Dicker
La vida feliz y dichosa es el objeto único de toda la filosofía.
Cicerón
Siempre será el motivo de las admiraciones del mundo, y el de sus perennes bendiciones al cielo, ver que una pluma sea el intérprete fidelísimo de los pensamientos más escondidos de un hombre.
Eugenio Espejo
Un par de docenas de millones de minutos hacen una vida de cuarenta y cinco años y algo más.
Georg Christoph Lichtenberg
Si quita usted la mentira vital a un hombre vulgar, le quita al mismo tiempo la felicidad.
Henrik Ibsen
No es con una idea como se levanta a un hombre, sino con un sentimiento.
Hippolyte Taine
Estaré junto a tu voz pasada escuchando tu voz presente. Leeremos nuestra historia en el libro cerrado de tu vientre.
Hugo Gutierrez Vega
Te queda una cosa por hacer: anda, vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres. Después ven y sígueme. (Marcos 10:21)
Jesús de Nazaret
Todos los días disponía de la jornada entera para concebir una manera aceptable y satisfactoria de vivir, y sin embargo lo único que parecía sacar de todas sus opciones y toda su libertad era más desdicha.
Jonathan Franzen
Se deben poner escuelas gratuitas para la niñas, donde se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres.
Manuel Belgrano
Espero que, cuando llegue el momento, vosotros lo hagais mejor que nosotros.
Néstor Majnó
El amor es intensidad y por esto es una distensión del tiempo: estira los minutos y los alarga como siglos.
Octavio Paz
Si soy tu amigo con derecho, mientras te dure la parranda; no te enamoraste de mí, sino de ti cuando estás conmigo.
Ricardo Arjona
El poder cambia más a menudo de mano a mano que de cabeza a cabeza.
Stanisław Jerzy Lec
Ya ni quiero decirte que te quiero, silencio del amor, noche entregada.
Vicente Gaos
Cuando la noche de humo, de polvo y de ceniza envuelve la ciudad, los hombres quedan suspensos un instante, porque ha nacido en ellos, con la noche, el deseo.
Xavier Villaurrutia