¿Quién hará mi trabajo debajo de tu falda?
Joaquín Sabina
La Teoría de Darwyn dejará de ser porque se sabrá que el hombre bajó de los planetas.
Benjamín Solari Parravicini
Al saber la vida de los enfermos -porque ellos mismos la cuentan para explicar sus males, dicen qué hicieron, cómo y por qué; es decir, sus secretos más íntimos- uno llega a ocupar el lugar de los confesores, y toda esa información, ese conocimiento del mundo le exige a alguien con sensibilidad...
Elías Nandino
El cielo no vende los bienes al precio de nuestros trabajos.
Epicarmo
El día se ha hecho para la jubilosa doctrina pagana; la noche, empero, con su cielo estrellado, fue hecha para las almas que profesan un culto más puro. La inmortalidad del alma se manifestó en la oscuridad de la noche; la luz del sol deslumbra los ojos que creen ver.
Filippo Pananti
Quien se niega a aplicar remedios nuevos, debe aprestarse a sufrir nuevos males, porque el tiempo es el mayor innovador.
Francis Bacon
La monarquía es una industria de mano de obra intensiva.
Harold Wilson
El hombre es un niño que ha dedicado toda la vida a limitarse, a verse limitado y a aceptarse limitado.
Henri Michaux
Entre todas las palabras tristes, habladas o escritas, las más tistes son estas: Pude haber sido.
John Greenleaf Whittier
La compañía está de cierto modo sólida, donde yo mismo y los otros fundadores tenemos mucho control sobre ella.
Mark Zuckerberg
En esta vida la gente agradece que seas normal.
Miguel Ángel Revilla
Yo mismo ignoraba como había solventado las dificultades que ahora veía resueltas en el cuadro. Me asombraba de mi propia maestría. Tan ajeno me sentía que de esas obras solía decir que las habían pintado los ángeles, que mi mano sólo había cernido de instrumento, de médium.
Miguel Delibes
Porque si bien vuestros labios quizá hablen el mismo idioma, vuestros corazones no.
Patrick Rothfuss
El hombre convicto y confeso de pobreza se cree fácilmente a sí mismo sospechoso.
Samuel Johnson
Hay cosas que no están hechas para pensar, sino para vibrar con ellas.
Walter Riso
La condición esencial del dominio es la serenidad, que permite ver las cosas en su aspecto verdadero y nos impide dorarlas y ensombrecerlas según sea nuestro humor.
Yoritomo Tashi