Donde los Jeques, blanquean los cheques, del petrodólar.
Joaquín Sabina
Es una locura hacer siempre la misma cosa y esperar resultadosdiferentes.
Bernardo Stamateas
Soy humana y me enamoro y, a veces, no tengo el control de cada situación.
Beyoncé
Si los privilegios de una determinada clase social peligrasen al conocerse que los ángulos de un triángulo suman necesariamente 180º, habría, sin duda, cierta presión para evitar que se estudiasen esas cosas.
Carlos Fernández Liria
Todo puede falsificarse. La alegría, el dolor, el odio, la enfermedad, la recuperación... hasta el amor.
Donald Sutherland
Tu esperanza más clara y más segura.
Federico Balart
La descontextualización, la ironía, el espectáculo, la performance, son completamente lícitos, siempre que no sean superficiales, sino que respondan o se conecten con una reflexión gastronómica.
Ferran Adrià
He reducido el Mundo a mi jardín y ahora veo la intensidad de todo lo que existe.
José Ortega y Gasset
No quiero sumarme a esta legión triste de los "desarraigados" y, aunque sienta como una afrenta el hecho de ser español, me esfuerzo en mantener una ciudadanía española puramente espiritual, de la que ni blancos ni rojos puedan desposeerme.
Manuel Chaves Nogales
La medida que toma la empresa es: como hemos actuado como hemos actuado, mañana no venimos a trabajar.
Marcelo Bielsa
El trono es un pedazo de madera cubierta de terciopelo.
Marlene Dietrich
La vida es una misión suicida.
Orson Scott Card
Nadie es eternamente perfecto.
Rafael Nadal
El vizcaíno es emprendedor; el español nada emprende, a nada se atreve, para nada vale (examinad el estado de sus colonias). El vizcaíno no vale para servir, ha nacido para ser señor; el español no ha nacido para más que para ser vasallo y siervo. El vizcaíno degenera en carácter si roza con el extraño; el español necesita de cuando en cuando una invasión extranjera que le civilice.
Sabino Arana
Estabámos juntos, todo el resto del tiempo lo he olvidado.
Walt Whitman
Anoche inventé un nuevo placer, y cuando lo iba a disfrutar por vez primera, llegaron violentamente a mi casa un ángel y un demonio. Entraron en mi puerta y disputaron acerca de mi nuevo placer. Uno gritaba: ¡Es un pecado! Y el otro decía: ¡Es una virtud!
Yibrán Jalil Yibrán