El hombre al hombre olvida, si le es indiferente, cuando muere, y si le debe algún favor, en vida.
Joaquín Bartrina
Ya que no bastaba la justicia para arruinar a la gente, se le ha añadido el procedimiento.
Achille Tournier
Y una vez duerma mi cabeza, tomará el mando el corazón.
Amaia Montero
Los defectos del gran hombre son el consuelo de los necios.
Benjamin Disraeli
No a decir la verdad, porque ese es un terreno al que pocos tienen acceso. No mentir, es a lo más que uno aspira. Si me pronuncio ante un tema, no creo estar diciendo la verdad, sino no estar mintiendo, de acuerdo con lo que yo conozco.
Carlos Monsiváis
¡Qué fríos son, esos sabios! ¡Que el rayo caiga sobre sus alimentos para que su hocico aprenda a comer fuego!
Francis Picabia
Divino misterio en estas hojas de otoño que caen sobre los Budhas de piedra.
Imaizumi Sogetsu
Es otro de los inconvenientes de padecer una desgracia: al que la sufre los efectos le duran mucho más de lo que dura la paciencia de quienes se muestran dispuesto a escucharlo y acompañarlo, la incondicionalidad nunca es muy larga si se tiñe de monotonía.
Javier Marías
El viaje no termina jamás. Solo los viajeros terminan. Y también ellos pueden subsistir en memoria, en recuerdo, en narración... El objetivo de un viaje es sólo el inicio de otro viaje.
José Saramago
Un médico es un profesional altamente capacitado, necesitado de formación continua de por vida, que ante los problemas de salud es capaz de tomar rápidamente decisiones generalmente acertadas en condiciones de gran incertidumbre.
Juan Gérvas
Tienes bastante talento y virtudes, pero no hay que hacer ostentación, porque la vanidad estropea el carácter más fino.
Louisa May Alcott
Nunca sabremos por qué irritamos a la gente, qué es lo que nos hace simpáticos, qué es lo que nos hace ridículos; nuestra propia imagen es nuestro mayor misterio.
Milan Kundera
Cuanto más se enjuicia, menos se ama.
Nicolas Chamfort
La oración es simple, tan simple como un niño que le dice lo que quiere a sus padres.
Oswald Chambers
Vicio grande en el deudor hacer de su acreedor ofensa.
Séneca
Los duques, en latín duces eran los generales en tiempos de guerra; los condes, comites, eran, por razón de amistad, los que acompañaban al general, y se les encargaba gobernar y defender las plazas ya conquistadas y pacificadas; los marqueses, marchiones, eran los que gobernaban las marcas o provincias fronterizas del imperio.
Thomas Hobbes