Si una chica se va, hago una película sobre mí.
João Costa Menezes
Nace en Madrid una niña de siete kilos. Ronaldo asegura que no es el padre.
Andreu Buenafuente
Instruído por impacientes maestros, el pobre oye que es éste el mejor de los mundos, y que la gotera del techo de su cuarto fue prevista por Dios en persona.
Bertolt Brecht
Para todas las heridas del alma, por profundas que sean, el tiempo, ese gran consolador, tiene su bálsamo.
Christoph Martin Wieland
La conciencia es la pesadilla de la naturaleza.
Emil Cioran
¿Cambiar? Cuando lo hagan las colinas.
Emily Dickinson
Hay personas a quienes sus defectos sientan bien y otras a las que sus buenas cualidades les favorecen poco.
François de La Rochefoucauld
En estos dos aspectos, principalmente, se asemejan los hombres a Dios: Decir la verdad, hacer el bien.
Jerónimo Usera
Nadie debe quedar por el camino.
José María Aznar
El hombre no nació para ser esclavo del hombre; nací libre y seguiré siendo libre.
Kalimán
Parece un poco extravagante haber trabajado tanto. Trabajar no es un castigo. Trabajar es respirar.
Le Corbusier
Cuando acabes un largo tratamiento de salud, no pienses en el sufrimiento que fue necesario afrontar, sino en la bendición de Dios que permitió tu cura.
Paulo Coelho
El único que cambia de verdad la faz del planeta es el que ara modestamente el terruño.
Ramón Gómez de la Serna
¿Cómo reconocer una obra de arte? ¿Cómo separarla, aunque sólo sea un momento, de su aparato crítico, de sus exégetas, de sus incansables plagiarios, de sus ninguneadores, de su final destino de soledad? Es fácil. Hay que traducirla.
Roberto Bolaño
No hay que desposeer a los humanistas de su función de educadores..., no se les puede arrebatar, pues son los únicos depositarios de una tradición: la de la dignidad y belleza humana. En otras épocas, los humanistas reemplazaron a los sacerdotes que, en tiempos turbios y antihumanos, pudieron arrogarse la dirección de la juventud. Desde entonces, señores, no ha surgido otra clase de educador.
Thomas Mann
Los puñales, cuando no están en la mano, pueden estar en las palabras.
William Shakespeare