Cuando estoy en el escenario me convierto en un salvaje. Es como si fuera un hombre de las cavernas.
Los propósitos que hacemos de no engañar nunca a nadie, ríos exponen a ser engañados con frecuencia.
Siempre utilizo el trabajo para canalizar mis emociones. Así no hago daño a nadie, salvo a mí mismo.