El peligro va creciendo. A medida que crecen los arsenales de las superpotencias y se hacen más complejos los armamentos que contienen y a medida que otros gobiernos -quizás aún docenas de gobiernos en el futuro- adquieran estas armas, tal vez sea solo cuestión de tiempo antes que la locura, la desesperación, la codicia o un cálculo errado desate la terrible fuerza.