Yo nací en Corea, así que cuando me trasladé con mi familia a Estados Unidos, aprendí muchísimo del inglés y su vocabulario a través de los cómics. Estaba enamorado de los personajes y los dibujos, así que estas lecturas me ayudaron a conocer el idioma. Los cómics demostraron ser para mí, además de un entretenimiento, un producto educativo.