Comprenderse uno mismo requiere paciencia, tolerancia en el darse cuenta; el yo es un libro de muchos capítulos que no puede leerse en un sólo día, pero cuando empiece a leerlo debe leer cada palabra, cada frase, cada párrafo, porque en ellos hay indicios de la totalidad. El principio es en sí mismo el final. Si sabe leer, podrá encontrar la suprema sabiduría.