Cuando uno está atento a todo, se vuelve sensible, y ser sensible es tener una percepción interna de la belleza, es tener el sentido de la belleza.
Jiddu Krishnamurti
Java es lo más penoso que le ha ocurrido a la informática desde MS-DOS.
Alan Kay
Las naciones, en su conducta de unas para con las otras, pueden imaginarse como unas personas más amplias que las humanas, pero que debieran gobernarse conforme a iguales principios de bien y de justicia.
Alfonso Reyes Ochoa
Siempre hay que tener miedo, pero nunca aterrarse.
André Kostolany
Si se mata una gallina, ¿Para qué utilizar un cuchillo, que sirve para matar bueyes?
Confucio
Uno puede estar a favor de la globalización y en contra de su rumbo actual, lo mismo que se puede estar a favor de la electricidad y contra la silla eléctrica.
Fernando Savater
El género de las Novelas Tontas Escritas por Mujeres tiene muchas subespecies que, según la calidad concreta de la tontería que predomine en ellas, pueden ser superficiales, prosaicas, beatas o pedantes.
George Eliot
Jamás en la vida encontraréis ternura mejor, más profunda, más desinteresada ni verdadera que la de vuestra madre.
Honoré de Balzac
No hay que llorar la muerte, es mejor celebrar la vida.
Jaime Sabines
Las raíces son profundas, Sr. Perkins, indescriptibles.
Jude Law
iLo lamento señor! No responderé a un silbido. Así se llama a los animales, no a los niños.
Julie Andrews
El principio de que la mayoría tiene el derecho a gobernar a la minoría convierte a todo gobierno en una competencia entre dos cuerpos de hombres, entre quienes mandarán y quienes serán esclavos; una competencia que nunca podrá terminar mientras el hombre se resista a ser esclavo.
Lysander Spooner
Nunca fui el tipo de pintor o escultor que tenía una tienda.
Miguel Ángel Buonarroti
En ninguno es la ira más peligrosa que en el que a otros castiga.
Séneca
Un hombre soporta el dolor como un castigo no merecido; una mujer lo asume como su patrimonio natural. A las mujeres que pretenden ser iguales que los hombres les faltan ambición.
Timothy Leary
No podemos reflexionar a fondo sobre nosotros mismos -cuidando de rectificar las inexactitudes en que incurre el amor propio- sin alcanzar por ese camino a los demás. Un hombre no conoce de los demás hombres, en definitiva, sino lo que ha aprendido a conocer de sí mismo y de sus semejanzas y desemejanzas con los diversos tipos humanos.
Victoria Ocampo