La buena semilla da, al debido tiempo, su fruto, con naturalidad y sin violencia.
Jerónimo Usera
Cuando ves lo que somos y lo que representa la vida, sólo el silencio es grande, todo lo demás es debilidad.
Alfred de Vigny
Una persona aburrida es la que habla cuando deseas que te escuche.
Ambrose Bierce
Las artes no son sólo el placer inmediato.
Ethel Barrymore
La naturaleza nunca puso las piedras preciosas en una buhardilla, en lo alto de un cuarto piso, y así los hombres muy altos suelen tener cabezas muy vacías.
Francis Bacon
Esta disposición para planear sobre uno mismo es quizá la fuente de toda virtud. Te arranca de la personalidad, lejos de retenerte en ella.
Gustave Flaubert
Todas las pasiones son buenas mientras uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan.
Jean-Jacques Rousseau
Encontrar para todo fracaso un chivo expiatorio: el secreto para ganar dinero con el fútbol, sin jugar al fútbol.
Jorge Valdano
No hay más que dos épocas en la vida en las que la verdad se nos muestra y nos ayuda: en la juventud para instruirnos y en la vejez para consolarnos. Durante el tiempo de las pasiones, la verdad nos abandona.
Madame de Lambert
Todos los silencios de la tierra son pétalos de tu flor.
Marguerite Yourcenar
En las calles, Mevlut había aprendido que, a partir de los treinta, el hombre estaba solo en la vida como un lobo.
Orhan Pamuk
Romper es una putada, pero ¿sabes qué es peor? Desaprovechar una noche en Nueva York.
Rebel Wilson
Creo que quien ha disfrutado con los sublimes placeres de la música deberá ser eternamente adicto a este arte supremo y jamás renegará de él.
Richard Wagner
La vida es demasiado preciosa, no la destruyas.
Teresa de Calcuta
Aparto la mirada y digo: Tú a mi interior no vienes.
Tiziano Ferro
¿Pero qué es un hombre verdadero? Los hombres verdaderos de la antigüedad. No pasaban por encima del débil, no lograban sus fines por la fuerza bruta y no se rodeaban de consejeros. En esta forma, fracasando no tenían causas para lamentarse; de tener éxito, no tenían motivos de satisfacción propia. Y podían, por lo tanto, alcanzar las más grandes alturas sin temblar. Entrar en el agua sin mojarse, y pasar por el fuego sin sentir el calor.
Zhuangzi