Frase de Jens August Schade

← Anterior Siguiente →
Múltiples son nuestras caricias y deliciosas ofrendas, el mar en tempestad es un eco de mi sangre en ebullición.... - Jens August Schade

Múltiples son nuestras caricias y deliciosas ofrendas, el mar en tempestad es un eco de mi sangre en ebullición.

Jens August Schade

Todas las frases de Jens August Schade →

Explorar Frases

Afortunadamente, no tenemos por qué parecernos a nuestros retratos.

Anatole France

Los ricos de pueblo son casi tan pobres como los pobres.

Ángeles Mastretta

... pues, en general, ninguna de las cosas cuya entidad tiene como sustrato una materia puede llegar a formarse si no hay materia disponible.

Aristóteles

La inconstancia y la impaciencia destruyen los más elevados propósitos.

Confucio

Cualquier persona tomada como individuo es razonablemente sensata y moderada; si forma parte de una multitud, se convierte de inmediato en un bruto.

Daniel Lacalle Fernandez

Desde el fondo de mi mente resuena lo que suele advertirme mi madre: Nunca te fíes de un hombre que baile bien.

E. L. James

Pon todo lo que eres en lo mínimo que hagas.

Fernando Pessoa

Yo quiero estar desnudo más que vivo, desnudo de rencor, de piel, de frente, tener un corazón desnudo y rudo.

Jorge Debravo

La primera regla de una escuela de hechicería es que ningún aprendiz, bajo ningún concepto, debe jamás rebelarse contra su Maestro.

Laura Gallego García

Luis Juez cumplió 44 años. Lo festejó junto a su hermano mellizo, aunque por las sospechas de fraude, sin demasiado entusiasmo y confesó: Tuvimos que usar un matafuego porque ya no teníamos aire ni para apagar las velitas.

Luis Juez

Ríe cuando estés triste, llorar es demasiado fácil.

Marilyn Monroe

Donde comienza el Estado termina la libertad del individuo, y viceversa.

Mijaíl Bakunin

La tragedia de un ser era la victoria de otro. Así son todas las demás cosas del mundo -se decía Lope, con ánimo ligero- y hay que andar alerta y madrugar.

Ramón J. Sender

Dejarás de temer cuando dejes de esperar.

Séneca

La prudencia es el ingrediente esencial del valor.

Stephen King