Nosotros estamos en un vehículo mucho más seguro que los jinetes, porque ellos van suspendidos encima de caballos con miedo no sólo de nosotros, sino también de caerse, mientras que nosotros, bien firmes sobre la tierra, golpearemos con mucha más fuerza, si alguien nos ataca, y tendremos mucha más fortuna en lo que queramos.