Todas las cosas vienen de la tierra, y todas las cosas terminan por convertirse en tierra.
Jenófanes
No entiendo nada.
Amadeo de Saboya
El nacionalismo se impone tácitamente. Esa es su principal virtud.
Arcadi Espada
No creo que al poeta, como tal, se le pueda exigir ninguna clase de compromiso, si no es el de su autenticidad.
Carlos Sahagún
La enemistad es una ira que busca la ocasión de poder vengarse.
Cicerón
El miedo a crearse enemigos obliga a veces a algún hombre original a no salir de la vulgaridad.
Émile Pontich
Al expandir el comercio, expandimos la esperanza y la oportunidad a todos los rincones del mundo y asestamos un golpe a los terroristas que se alimentan de la ira y el resentimiento.
George W. Bush
La librería de un hombre es también su retrato, y tan fino que no pueden igualarle ni los pinceles más exactos ni la pluma más penetrante y fiel del mejor biógrafo. Los libros que cada cual escoge para su recreo, para su instrucción, incluso para su vanidad, son verdaderas huellas dactilares del espíritu, que permiten su exacta identificación.
Gregorio Marañón
No puedo contentarme con tener razón yo solo.
Henri-Frédéric Amiel
Mi amor sabe aguardar. No es impaciente: su deseo es arroyo, y no torrente que hacia ti, con certeza, sigue andando.
Julia Prilutzky Farny
Las cosas sólo se pueden entender correctamente cuando se capta su espíritu mismo con pureza, lejos de las palabras e imágenes que las representan.
Kenzaburo Oe
La guerra es un arte singular. Yo he sostenido sesenta batallas y no he aprendido más de lo que sabía cuando sostuve la primera.
Marlene Dietrich
En la soledad se halla lo que muchas veces se pierde en la conversación.
Oliva Sabuco
¿Cómo voy a declarar por dioses a la leña y a las piedras?
Taciano
¿Cómo puede hacerle esto a Húmedo después de lo que acaba de pasar? -dijo Adora Belle-. ¿No acaba de salvar la situación?
Terry Pratchett
Creer no constituye más que el segundo poder; querer es el primero. Las montañas proverbiales que la fe mueve no son nada al lado de lo que hace la voluntad.
Victor Hugo