Dave, ¡cierra la maldita boca!
Jeff Hanneman
Tristemente, sí. Cuanto más rico se hace uno, más pobre se hace otro. La diferencia es que aquí juegas para arruinar al contrario, pero al final recoges el tablero, guardas la caja y todos acabáis tan amigos.
Antonio Zafra
Soy responsable de ellos. Dependen de mí. Son mis hijos. Debo hacer todo cuanto esté en mi mano para evitar las incontables calamidades que los acechan.
Boris Vian
Del silencio y de la paz interior brotan las ideas que gritarán a las conciencias.
César Fernández García
Encontramos la felicidad luchando en el medio de una rabiosa tormenta, no tocando el laúd a la luz de la luna, o recitando poesías en medio de las flores.
Ding Ling
En la lectura debe cuidarse de dos cosas: escoger bien los libros y leerlos bien.
Jaime Balmes
Que ironía la vida. Un día tienes un intrincado laberinto de problemas irresolubles y en un santiamén los nubarrones se disipan y puedes volver a vivir una buena vida. Es asombrosa.
Joaquin Phoenix
Me satisface la derrota, porque ha ocurrido, porque está innumerablemente unida a todos los hechos que son, que fueron, que serán, porque censurar o deplorar un solo hecho real, es blasfemar del universo.
Jorge Luis Borges
Tengo que escribir en casa aprovechando las noches pues los días son completamente ocupados.
José Asunción Silva
Somos una familia, y la familia se pelean.
Rami Malek
No se hacen las cosas cuando se quiere, sino cuando se puede.
Ricardo García Damborenea
Si quieres vivir feliz, no te importe que te crean tonto.
Séneca
Recuerdo la primera vez que tuve que irme a dormir. Mi mamá me dijo: Steven, hora de ir a dormir, yo le dije Pero no se cómo. Ella dijo, Es muy sencillo, caminas hasta el final del cansancio y después doblas a la izquierda. Así que fui hasta el final de cansancio y sólo por curiosidad giré a la derecha. Mi madre estaba allí, y me dijo: ¿No te dije que te fueras a dormir?
Steven Wright
Solo soy el amigable vecino Spider-Man.
Tom Holland
El crítico de arte es el peor enemigo del arte.
Vasili Kandinski
La fe es el antiséptico del alma.
Walt Whitman