¿Sabes por qué se hacen las guerras? Pues porque el mundo empezó sin el hombre y sin el hombre acabará.
Jean Reno
Cuando dudes de actuar, siempre entre hacer y no hacer escoge hacer. Si te equivocas tendrás al menos la experiencia.
Alejandro Jodorowsky
El maestro de la alimentación es el ayuno.
Sería mejor gloriarse de tenerlas en la mente más a menudo.
Castruccio Castracani
Una de mis principales preocupaciones es conseguir reducir las distancias y lograr que todos nos acerquemos cada vez más hasta que lleguemos a sentir que somos lo mismo, que somos uno.
David Hockney
El pulido y el acabado son al estilo lo que el barniz a los cuadros; los conserva, los hace durar, de alguna manera los eterniza.
Joseph Joubert
¿Creerías en lo que crees si fueses el único que lo creyera?
Kanye West
A medida que descubrimos nuevos misterios en nuestro corazón, la religión nos ofrece nuevas revelaciones; lleva su antorcha a todos los lugares de tinieblas.
Madame Swetchine
Tenemos que buscar un sistema que sea mejor que la disuasión nuclear para impedir la guerra. Pero sería una pretensión peligrosa insinuar que dicho sistema esté actualmente al alcance de Oriente y Occidente.
Margaret Thatcher
En otras palabras, una de las principales líneas de fuerza de las antiguas formas de consumo conspicuo consistía en frustrar cualquier intento del populacho por emular a las clases superiores.
Marvin Harris
La luna, la nieve, y ahora a través de la llovizna, ¡la luz de la mañana!
Oku Michihiko
Para tener buena salud lo haría todo menos tres cosas: hacer gimnasia, levantarme temprano y ser persona responsable.
Oscar Wilde
Tienes talento, puedes hacer lo que quieras. Lo que no entiendo es por qué haces esto.
Rose Byrne
No aceptéis nada de lo que digo como verdadero simplemente porque lo he dicho yo.
Stephan Bodian
El que no se sujeta de buena gana a su superior, señal es que su carne aún no le obedece perfectamente, sino que muchas veces se resiste y murmura.
Tomás de Kempis
Los hombres no pueden ser siempre justos, aunque así lo pretendan. Cuando oímos que alguien cometió un delito, el más justo de los hombres cristianos pronuncia interiormente esta humillante verdad: Todos somos capaces de lo mismo.
Vincenzo Gioberti