Señor, el amor jamás espera a la razón.
Jean Racine
Yo sólo pinto en mi paÃs y dentro de mi paÃs en mi barrio, La Boca y su puerto.
Benito Quinquela MartÃn
AllÃ, en los acordes y melodÃas, esta todo lo que quiero decir. Las palabras simplemente salen por sà mismas. Siempre ha sido mi forma de expresar lo que para mà es inexpresable por cualquier otro medio.
David Bowie
A un hombre no se le paga por tener cabeza y manos, sino para usarlas.
Elbert Hubbard
No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.
Facundo Cabral
Si el juez fuera justo, quizás el criminal no serÃa culpable.
Fiódor Dostoyevski
Esta vida es breve, la recompensa por lo que aquà hagamos será eterna. Practiquemos el bien, unámonos a la voluntad de Dios. Que sea ella la estrella que guÃe nuestros ojos en esta travesÃa. Es la manera cierta de que lleguemos con bien.
Francisco de Sales
La Constituyente es una medida absolutamente democrática.
Hugo Chávez
Es triste condición de la humanidad que más se unen los hombres para compartir los mismos odios que para compartir un mismo amor.
Jacinto Benavente
Creo que nadie deberÃa arrepentirse de sus decisiones. Debe aceptarlas, vivirlas, pedir perdón cuando proceda, pero nunca arrepentirse.
Javier Castillo
Cada ausencia es la esperanza de un nuevo nacimiento.
Jorge DÃaz
En todos los lugares del mundo moderno hay abandono, la necesidad de ser reconocidos, que no está satisfecha. El arte es una forma de reconocerse a uno mismo, razón por la cual, siempre será moderno.
Louise Bourgeois
Las madres siempre lo saben.
Mark Ruffalo
La experiencia demuestra que el éxito de un curso de programación depende crÃticamente de la elección de los ejemplos que se utilice.
Niklaus Wirth
Nuestra mayor gloria no está en no haber caÃdo nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos.
Oliver Goldsmith
Vinieron casualmente a mis manos unas escrituras bárbaras, más antiguas que las doctrinas de los griegos y, si a los errores de éstos se mira, realmente divinas. Y hube de creerlas por la sencillez de su dicción, por la naturalidad de los que hablan, por la previsión de lo futuro, por la excelencia de los preceptos y por la unicidad de mando en el universo.
Taciano