Dueño del Universo, yo regulo su fortuna. Puedo nombrar reyes, puedo deponerlos, pero de mi corazón yo no puedo responder.
Jean Racine
El ingeniero siempre se siente preocupado cuando sus planos empiezan a trocarse en piezas, en una máquina viva. ¿Qué resultará, qué aspecto tendrá? En los planos de impecable diseño todo puede estar en su sitio, más en cuanto se hacen las piezas, ateniéndose al proyecto, en unos sitios no encajan, en otros funcionan mal.
Aleksandr Kótov
Que mi libro te enseñe a interesarte más en ti mismo que en él, luego, en todo el mundo más que en ti mismo.
André Gide
El mensaje cristiano no sólo informativo, sino performativo. Eso significa que el Evangelio no es solamente una comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y cambia la vida.
Benedicto XVI
Haced el bien a vuestros amigos y enemigos, porque así conservaréis los unos y os será posible atraer a los otros.
Cleóbulo de Lindos
El enemigo del pueblo es enemigo de la ley.
La iglesia se había convertido en una tumba donde cuarenta y siete cadáveres reducidos a piel y manchas llevaban cinco años tirados en el suelo de hormigón, aunque no en el mismo lugar donde los habían matado con Kalashnikovs o a machetazos.
Elmore Leonard
No se puede imitar lo que se quiere crear.
Georges Braque
Después de haber besado sus cabellos de trigo, nada importa la culpa, pues no importa el castigo.
José Ángel Buesa
Los grandes hombres son como las águilas. construyen sus nidos en elevada soledad.
Juan Gómez-Jurado
Noche de tenues suspiros platónicamente ilesos: vuelan bandadas de besos y parejas de suspiros.
Julio Herrera y Reissig
En la mujer no busco satisfacer el instinto sexual, eso siempre lo encuentro.
Luis Miguel
El sexo forma parte de la naturaleza, y yo me llevo de maravilla con la naturaleza.
Marilyn Monroe
¿Qué queda cuando se ha perdido el honor?
Publilio Siro
Nunca he tenido intención de ser un emprendedor.
Richard Branson
El hombre cuya opinión nunca varía es semejante al agua estancada, y engendra reptiles en su mente.
William Blake