El conocimiento científico está en perpetua evolución, cambia de un día para otro.
Jean Piaget
A un hombre se le pide su amistad para obtener un poco menos; a una mujer, para obtener un poco más.
Adolphe d'Houdetot
Cuanto más estamos gobernados por idiotas que no tienen ningún control sobre nuestro destino, más tenemos que contar historias entre sí sobre quién somos, por qué somos, de dónde venimos, y lo que podría ser posible, o lo que es imposible. ¿Qué es una fantasía?
Alan Rickman
La estrategia es el uso del encuentro para alcanzar el objetivo de la guerra. Por lo tanto, debe imprimir un propósito a toda la acción militar, propósito que debe concordar con el objetivo de la guerra. En otras palabras, la estrategia traza el plan de la guerra y, para el propósito aludido, añade la serie de actos que conducirán a ese propósito.
Carl von Clausewitz
Mi decisión fue ir a buscarlo, más allá de toda la gente en el mundo.
Ernest Hemingway
Seguiremos gobernando desde los modelos de prosperidad que han permitido el crecimiento de estos años.
Francisco Camps
El bien no siempre conduce a un buen final. Es una verdad reconocida por todos.
Jane Austen
¡Venturoso el corazón que alberga tu terrible placidez!
Juan Gil-Albert
Mis enseñanzas son simples; si intentas hacer de ellas una religión, éstas te eludirán, porque profundas, aunque simples, contienen toda la verdad del universo.
Lao-Tse
Comer con desgana convierte el alimento en repulsivo manjar.
Leonardo da Vinci
Como todo el mundo, tenía la ideología que necesitaba para justificar su propia vida.
Manuel Vázquez Montalbán
Nunca estés en guerra, especialmente contigo mismo.
Nicolas Cage
Una sociedad se embrutece más con el empleo habitual de los castigos que con la repetición de los delitos.
Oscar Wilde
Cuando se ama, basta pensar en una perfección para verla en la persona amada.
Stendhal
Justo ahora estoy teniendo Amnesia y Déjà vu al mismo tiempo.
Steven Wright
He de mover los pies con gran cautela, para no rebasar los límites del mundo y caer en la nada. He de golpear con la mano una dura puerta, para llamarme a mí misma y volver a entrar en el cuerpo.
Virginia Woolf